martes, 11 de mayo de 2010

¿Cuántas veces te pasó en la vida eso de despertarte y decir sandeses? Yo sé que muy pocas, en algunos casos (el mio, hasta donde sé) se puede decir que ninguna, cero, zero, nulas. Y sin embargo, un día te hacen una oferta, un dos por uno. Y es buenísimo, porque vos te das cuenta de que decís cualquier cosa, y a las vez, no podés controlarlo, esas ganas de gritarle al remitente 'NO TE HAGAS EL ESTÚPIDO QUE BIEN QUE LO SABÉS', porque nosotros decimos una obviedad. Que al final no era tan obvia. Te cuento las que me pasaron a mí, la primera graciosa, la seguna; trágica. 6:3O a.m. aproximadamente. La escena de siempre: una sábana, dos acolchados, una miau, y yo. Mi papá, tranquilo, lindo como siempre, y su 'ya es la hora'. Ahí siempre hay dos posibilidades: yo le digo que ya voy, y me quedo durmiendo como pasó hoy, o, le digo 'ya sé', porque me había despertado un rato antes. Pero no, esta vez optamos por la tercera opción, la nunca antes apreciada. Mi papá me dice, valga la redundancia 'ya es la hora', y yo, le pregunto por la villera, siempre presente. Conste que también pensaba en Sonya, no sé, yo no me acuerdo mucho, pero mi papá me dijo que le dije '¿qué hacemos con Nazu?' en cualquier otro momento del día puede sonar normal, pero que lo diga a las 6:30 a.m. aproximadamente no es tan normal. Como no obtengo respuesta conformante de mi papá ('no sé') reitero '¿qué hacemos con Nazu?' Mi papá sigue diciendo que no sabe, y ahí es cuando me doy cuenta de que estoy diciendo cualquier cosa para mi conciente, algo interesante para mi subconciente, seguramente. Cuando mi papá viene a despertarme porque opté por la primer opción, le aviso que lo que le quería decir era que Nazu y Sonya estaban punteras. Lo dejo a tu criterio. La segunda es más trágica, como dije antes, y relajante si alguna vez lo viviste. 6:30 p.m. aproximadamente. Andy se tiene que ir a Denver, Tomás y mi papá en el médico a causa del primero, mi mamá sigue en la Facultad, hasta donde sé, Willy, en Capital, yo, durmiendo. Andy me despierta, así atiendo los teléfonos, yo me pongo nerviosa, y me doy cuenta de que tengo que ir al colegio (¿?) Así que me apuro en ir al baño, vuelvo a buscar mi celular y ahí veo a Agustina, y le digo:
I(con su estado de confusión de por medio):- Tengo que ir al colegio. Por suerte ya estoy cambiada.
A- ¿Qué, entrás a la tarde?
I- No, ¿por?
A- Ine, ¿sabés qué hora es?
I- Las seis de la mañana.
A- Son las seis y media de la tarde.
I- ¿Cuánto dormí? (En caso de que no hayas entendido eso, lo explico: me dormí tipo cuatro de la tarde del diez de mayo, cuando A me dijo son las seis y media de la tarde, yo asumí que eran las seis y media de la tarde del once de mayo.)
Ahí se terminó, bah, no, A se siguió riendo de mi, yo, por dentro, también. Pero iba a empezar Life Unexpected, no daba para distraerme.
Ahora de tas cuenta de que si te digo que algo es trágico es porque es trágico, ¿no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario